Trujillo

Se da que hay veces en que se planifica con tiempo de anticipación, pero a la hora de la hora, no salen como uno las planificó, como que tus acompañantes cambien de parecer a último momento y te digan que ya no te acompañarán. Si los acompañantes no son prácticos, como por ejemplo no comprar aún el pasaje, todos los entusiasmos excesivos sobran. Es cierto, todos tienen sus problemas, pero se aprecia más cuando un acompañante es franco y dice que no va a poder viajar. Para convencerse de algo, no basta convencerse sólo de boca, repitiendo las cosas, si no sobretodo convencerse mentalmente.

La Plaza de Armas, es el lugar de donde uno se puede ubicar mejor en cualquier lugar que esté, es más seguro y vigilado. Los policías no dejan de vigilarla y saben cómo llegar a los lugares que se les pregunte.Las agencias de información al turista son más específicas, dicen que micros tomar, donde bajar, donde no bajar, qué hacer en casos inesperados, inclusive dibujan mapas de rutas en hojas simples para graficar como hacerlo.

El Museo Catedralicio, ¡vaya nombre!, es la iglesia amarilla frente a la Plaza, donde no es raro ser encimado por vendedores ambulantes, sobretodo carameleros siempre con trágicas historias que uno no sabe si creerle o no. Adentro es como cualquier iglesia habida y por haber, nada del otro mundo, quizá el no pisar iglesias constantemente no es buen antecente para estar para comparar unas iglesias con otras.

Pero no siempre uno se hospeda cerca a ella, sino en casa de gente conocida, lo cual ayuda mucho en el presupuesto y en la seguridad. A pesar de ello, las coyunturas no permiten turismo tranquilo, mantiene a las personas en constante alerta. Los taxistas deben pagar cupos por su seguridad, por gente que camina en las calles con pistolas o matones liberados de los penales por exceso de población. Aquello hace creer haber incurrido en error al escoger el destino, pero hay que seguir adelante, total el temor a la muerte no lo puede a uno paraliza para vivir.

Hasta los taxistas son sospechosos, confundiendolos con alguien que ha robado un vehículo. Por eso, preferible antes de abordarlo, buscar directamente en sus ojos alguna señal de confiabilidad. Ya con ésta, él puede ser un medio de información para saber cómo cuidarse durante la estancia. Los taxis blancos, por lo general, pertenecen a empresas formales, están interconectados a la Policía Nacional por radio transmisores, y algunos buscan sentirse protegidos con íconos religiosos colgando de sus parabrisas como el Señor de los Milagros, la Virgen de Luren, etc. Dos o más íconos, mejor aún, puede fallar uno, pero no los 2.

La Huaca del Sol y la Luna son aptos para conocer extranjeros y poder practicar con ellos el inglés, inclusive también el escucharlo con guías turísticas especialmente para ellos. La mayoría de europeos no toman fotos de ellos mismos, es más ni siquiera ellos saben por qué. Incluso un grupo de holandeses de edades aparentes de 30, quizá muy cultos pueden parecer tener la jovialidad de personas de 70 u 80 años. En cambio los japoneses pueden parecer más fotogénicos, sobre todo los jóvenes que salen siempre sonriendo, haciendo gestos, en grupo o haciendo alguna payasada. Los dibujos en las paredes son lo más atractivo.Chan Chan son ruinas de épocas remotas, ¿Quién no ha oido aunque sea ese nombre? Pero en los tours suele suceder que uno olvida llevar pilas de reserva y se acaban. Lo peor es que también sea difícil conseguir lugares donde las vendan. Más trágico es, el haber encontrado lugar donde comparlas, y que se gasten en 5 o 6 disparos de fotos. Entonces surge la creatividad por necesidad, apagar la máquina, prenderla después de un rato, tomar 1 ó 2 fotos, apagarla nuevamente y esperar otros minutos más para volver a encenderla. Morder la pila ayuda a que éstas tengan una mayor duración, sólo tener el suficiente cuidado para no tomarse aquel liquido alcalino de su interior.

Captar buenas fotos oportunas en esa situación es difícil, pues las mejores tomas son aquellas que aparecen de manera espontánea o en el momento menos esperado. Se enciende la cámara y se captura la imagen de manera apresurada, y mientras, se le reza mentalmente al bravo para que la foto salga bien. Finalmente ya la cámara no prende y ya ni las oraciones bastan. Debe ser bien frustrante, el que un ovni se detenga frente a uno, justo con una cámara que no funciona.

El Palacio Tshudi, es un enorme conjunto amurallado, y uno se puede topar y hablar con turistas, italianos, españoles, colombianos y grupos de colegiales en pleno viaje de promoción, a los que le llega altamente la historia y la cultura, y están más interesados en hacer chongo y divertirse. Sin afán de anti patriotismo, quizá esos viajes de promoción a lugares históricos y culturales con escolares y visitas guiadas y programadas no tengan mucho sentido en sí, quizá si se les preguntase a ellos a donde quisieran ir, sería más idóneo. Huanchaco, un lugar alejado de la ciudad, es idóneo en el verano para bañarse en sus playas. Pero cuando no es época de sol tiene un clima traicionero. Así esté nublado, es indispensable llevar bloqueador. De más está hablar de los archi conocidos caballos de totora, pues es hay material de sobra sobre ellos en Internet.

En su muelle principal, se pueden comprar cañas de pescar artesanales, en las cuales se enganchan algún muy muy, cebo u otra carnada para intentar suerte en capturar algo. No necesariamente al primer intento, quizá al quinto o sexto, se puede capturar algún espécimen, llamado clalaquito ó pez borracho, cuya cabeza al ser consumida como alimento, en cualquiera de sus variedades, puede producir el mismo efecto que estar en estado de ebriedad.

Mucha gente pesca por deporte, y no por querer consumirlo, y están dispuestos, algunos, a regalar lo que capturen en el muelle. Es preferible llevar, además, una pequeña mochila para poder llevar cosas, pues las casacas y buzos fastidian al momento de ser cargados cuando sale el sol. Pero a pesar del frio, hay valientes que lo desafían nadando en el mar al qué este lo congela.

Pero quién se lleva el trofeo, sin lugar a dudas, apartándose de la naturaleza y del pasado, es La Pilsen Trujillo, y no por hacerle publicidad o ser alcohólico, sino porque es la cerveza local, y a la vez un ícono moderno y representativo de la Trujillo. En los restaurantes, sobre todo cuando se reúne gente a ver los partidos de fútbol, sobre todo los de la Selección Peruana, es difícil ver las mesas con otra bebida que no sea esa. Y la gente conformista celebra los empates en casa como si fueran victorias, ignorando que la casa se respeta, sea con quien sea.

Sitios como La Casa de la Emancipación puede que sea un atractivo turístico conocido allá, pero podría, si nadie lo supiera, pasar desapercibido y ser confundido como una casona antigua más. Un jardín con varias plantas y una fuente agua seca en el centro. Hablando sarcásticamente ¡Así cualquiera se da cuenta que es La Casa de la Emancipación!

Y para los que quieren recordar su niñez, El Museo del Juguete hace una exhibición constante de juguetes antiguos, inclusive del siglo XIX, como para caerse de cabeza de no creerlo. Juguetes como carros, barcos, muñecas, pelotas, trenes, trompos, soldados pueden verse. (Nota: Se han omitido los diminutivos (ejemplo: carrito) porque realmente son odiosos).

Se puede concluir que la experiencia de viajar solo también tiene sus ventajas, como no tener que consultar o tratar de convencer a alguien para visitar un sitio, o encontrarse a determinadas horas o en determinados , o lo que peor, soportar caprichos ajenos (“Yo no quiero esto”, “A mí no me gusta tal cosa”, "Me duele esto", "Yo no hago esto" etc. Pero si uno se lo propone, aunque suene raro, uno puede divertise solo, y no ser víctima del aburrimiento extremo por querer siempre estar acompañado, ó del miedo a no saber qué hacer y no tener a nadie a quién consultar.

De regreso a Lima, viajar al lado de la ventana y con un extraño al costado, es incómodo. Las personas acostumbradas a visitar el baño constantemente en las madrugadas deben pedir permiso. Es un roche para el que pide permiso de pase y una incomodidad para el que se despierta a esa hora. Se recomienda no tomar agua durante el viaje a esas personas antes de dormir.